Durante a mediados del siglo 19 la ciudad de Chicago ya era la ciudad con más crecimiento en el mundo. Debido a su industrialización, la ciudad de Chicago enfrentó un grave problema de sanidad, causando la contaminación del Río Chicago. Desperdicios de las fábricas y basura eran desechados en el río, el cual desembocaba en el Lago Michigan, uno de los mayores recursos de agua potable. La contaminación causó que la gente enfermara y hasta muriera de cólera y tifoidea.
Debido a esta seria situación, altos oficiales e ingenieros encargados del cuidado de la ciudad decidieron tomar cartas en el asunto. La idea era revertir la corriente del Río Chicago hacia el río Mississippi para que terminará desembocando en el Golfo de México.
Nadie lo creyó posible, pero los ingenieros lograron hacerlo. Revirtierón la corriente del Río Chicago desafiando a los escépticos y logrando una de las mayores hazañas de ingeniería en la historia de los Estados Unidos.